Sé que hace siglos que no escribo, pero he estado o ocupada o muy cansada, que viene a ser lo mismo. Además mi madre se ha agenciado una webcam, lo que significa que hablo más con ella por las noches y eso. Pero vengo a desquitarme, jejeje. Contaros que el domingo estuve en uno de los châteaus de la ciudad, el Domaine D'Ô y subí a la torre de la catedral. Para los interesados, os aviso de que se abre pocas veces y la próxima es el 1 de noviembre, por si alguno quiere venir en esas fechas ;-).
Las clases empezaron el martes, después de que el ordenador decidiera comerse mis archivos el lunes (menos mal que las fotos estaban en flickr). La verdad es que mi clase es muy curiosa: la mitad chinos, la otra mitad japoneses, tres americanos, un colombiano, un canadiense (que ha llegado hoy) y yo. Una mezcla curiosa. Los chinos son realmente encantadores. Más reservados los japos y los americanos son diferentes. Pero hay un montón de colombianos y algún que otro venezolano y con ellos es algo más fácil, incluso si intentamos hablar sólo en francés. A ver qué tal se da.
Hoy he tenido una clase de la opcional de Cultura y Patrimonio y el tío es genial, de esos que que emociona oír. Es una asignatura un poco chovinista, pero nada más que por escuchar al tío yo creo que merece la pena. También cogeré Francés de la vida económica y social, por eso del vocabulario y la profesión, aunque es la más difícil de todas las optativas, la verdad. Cine me gusta mucho, pero es el viernes por la tarde. Iré a ver las pelis, pero no creo que haga el examen porque a lo mejor los viernes aprovecho para escaparme de viaje y no quiero faltar demasiado a clase (vamos, es que no se puede, jejeje). Un besote a todos.
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